jueves, 18 de junio de 2009

VIEJOS MENORES DE EDAD


LA MINORÍA DE EDAD



Para Enmanuel Kant la minoría de edad representa la renuncia, de la mayoría de las personas, a usar su propio entendimiento para sacar conclusiones, por estar dispuesto aceptar que otra u otras personas le impongan sus criterios. Tradicionalmente cierta jerarquía política, religiosa o intelectual a pretendido y asumido efectivamente la función de pensar de la generalidad, y estás por presión, temor o pereza a delegado en ellos una actividad que debería ser indelegable.

La libertad de cada individuo de usar sus propios criterios para sacar conclusiones, supone para un partido político, grupo religioso o académico la posibilidad de apelar a la capacidad de múltiples personas, reduciendo la posibilidad del error y sobre todo de elevar exponencialmente la capacidad creativa e innovadora del grupo.

Para Kant la mayoría de edad solo es posible por un proceso evolutivo a través de ciertas garantías que la posibiliten, porque las revoluciones sólo suelen significar la sustitución de cierta opresión interesada, que como la anterior, “servirán de andaderas para la mayor parte de las masas”.

En Iberoamérica de tan acostumbrados a obedecer, no estamos acostumbrados a pensar, siempre pareciéramos en busca de un líder que lo haga por nosotros, tememos equivocarnos, preferimos tener a quien culpar de los errores, no asumimos la responsabilidad de nuestras acciones porque ellas son el producto de un pensamiento tutelado, dudamos de nuestras capacidades, Chávez le impone a sus seguidores hasta los concejales de Santa Maria de Ipire, las cúpulas de los partidos de oposición hacen exactamente lo mismo del otro lado de la acera, sin que nadie proteste salvo honrosas excepciones, pero la mayoría asume con una pasividad preocupante las imposiciones de las cúpulas partidistas.

Los tutores de la oposición tratan de mostrarnos el riesgo y las amenazas de pretender andar solos, mostrándonos nuestros errores, para alejar cualquier intento ulterior de abandonar su tutelaje.

Normalmente son pocos los que tienen el valor de ascender a la mayoría de edad, “de hacer un uso público de la propia razón” porque por todas parte surgen voces que dicen –no razones ten fe- , --razona pero calla--, --calla, porque sino le haces el juego al adversario—por todos lados aparecen limitaciones a la libertad.

El propio Kant entendía que en ciertos momentos era menester comportarse de una manera pasiva y obedecer, para lograr cierta unanimidad artificial y lograr algunos fines, pero esto sólo sería aceptable después de un debate público y una decisión democráticamente tomada por la mayoría, durante un periodo de tiempo reducido y sin pretender prohibir que se hagan observaciones.

No se puede pretender que los dirigentes políticos se comporten como menores de edad, de hacer uso público de su propia razón, porque ello significa un absurdo, el liderazgo político tiene que estar necesariamente en manos de personas mayores de edad, que es lo que confiere para Kant, la categoría de persona ilustrada.

Un gobernante ilustrado conferirá entonces, la posibilidad a las masas de utilizar su propio entendimiento, sin pretender tutelarla, y nunca, por supuesto, presionarla, comprarla o amenazarla. Brindará a todos la libertad de contribuir con su propia inteligencia al engrandecimiento colectivo.

Es en mucho esa visión de Kant del individuo, lo que le ha permitido a Occidente, diferenciándose, encumbrarse sobre la cultura de Oriente, porque aquí el pensamiento de todos cuenta, y mientras más esa visión prevalece, más el éxito nacional, y representa un elemento clave en el éxito de las grandes potencias de este lado del mundo.

“Un gran presidente no es el que hace grandes cosas, sino el que permite que muchas, muchísimas personas, hagan grandes cosas por su país” Bill Cinto: expresidente de USA.

Raúl Zapata.
raulzapataa@hotmail.com

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